Patrimonio Medieval en la Provincia de Zaragoza, Patrimonio Histórico
Patrimonio Medieval en la Provincia de Zaragoza
El Ayuntamiento de Fabara se alza ocupando la torre angular medieval de notable factura, que formaba parte de un castillo de la Orden de Calatrava. Tiene una bonita lonja de triple arcada sobre la que se levanta la planta noble.
Del recinto amurallado sólo quedan restos de una gran torre rectangular de 12 x 6 metros, antigua torre mudéjar de vigilancia perteneciente al siglo XV, bastante maltrecha y situada sobre un leve altozano. En su base hay grandes sillares que podrían ser romanos, y el resto es de tapial con aristas de ladrillo.
Las ruinas de lo que fue el castillo medieval de Alberite de San Juan, obra musulmana del siglo X, conservan únicamente los restos de la torre. Los sillares pertenecerían a la atalaya del castillo islámico y posteriormente quedaría integrada en el castillo cristiano-
El castillo de Alfajarín fue construido en el siglo XI por Aben Alfaje en la atalaya natural de los Montes Blancos, junto a la ermita de la Virgen de la Peña, con el fin de vigilar la ribera del Ebro y proteger Zaragoza. La Torre del Homenaje, de grandes proporciones, fue construida en el siglo XIV sobre un espolón del muro oeste.
El castillo de Alhama de Aragón fue levantado por los musulmanes sobre un cerro a las afueras de la población, dominando el camino y el curso del río Jalón. Sólo mantiene en pie la torre del homenaje.
El Castillo de Almonacid de la Sierra fue construído durante los siglos XIV y XV sobre el anterior castillo de Al-Monastir de origen musulmán. Su estado actúal es de ruina.
El castillo de Ariza, ubicado en un lugar estratégico, frontera entre Aragón y Castilla, se alza sobre una elevada cresta de roca arenisca que domina la llanura y la población. De planta muy irregular, y estructurada en varios recintos concéntricos, tenía una superficie de 5.000 metros cuadrados.
Los orígenes del Castillo de Ateca se remontan al año 974, cuando pertenecía a los Banu-Timlat, señores de Pozuel de Ariza. Está situado en la parte más alta del casco antiguo, se asienta en una posición típicamente medieval, sobre un espolón que domina la confluencia de los ríos Jalón y Manubles.
El castillo de Fayón se alza sobre un cerro que domina el embalse de Ribarroja, coronando el pueblo viejo, hoy inundada por las aguas del embalse. Es un pequeño castillo roquero, para la defensa y control del paso por el Ebro, que se construyó sobre una prolongación rocosa cortada verticalmente sobre el pueblo y el río.
El castillo de Jarque se sitúa en lo alto de la población. Fue construido por Lope Fernández de Luna a mediados del siglo XIV, tras la Guerra de los Dos Pedros contra Castilla.
El castillo árabe de La Almolda fue construido en el siglo XI sobre un tozal que domina la villa, pero posiblemente ya existiera como atalaya o punto de vigilancia musulmán en una época anterior.
El castillo de Luesia dominaba la parte más alta de la villa, junto a la iglesia del Salvador, y se mantuvo en pie hasta bien entrado el siglo XX. Actualmente, sólo queda en pie un torreón de planta pentagonal en el extremo este.
El castillo de Magallón se encuentra en un promontorio sobre la loma que domina el caserío de la población del mismo nombre, y forma parte del conjunto de fortificaciones del valle del Huecha. De la antigua fortaleza solo queda la torre de homenaje que hoy forma parte de la Iglesia de San Lorenzo como torre campanario.
El Castillo de Maluenda, fortaleza del siglo X, es una de las pocas fortalezas musulmanas que se conservan construidas en tapial. Su construcción se remonta a los inicios de la dominación musulmana. En sus muros acampó Abderramán III.
El castillo de Mequinenza se levanta en lo alto de la colina casi al borde de un gran precipicio, a una altura de unos 185 metros sobre el nivel de la confluencia de los ríos Ebro y Segre, dominando el caserío. Fue una fortaleza árabe hasta el siglo XII, construida por la tribu Berebere de los Miknasa, sobre la que se levantó la actual en los siglos XIV y XV.
El castillo de Navardún se alza al borde de un espolón rocoso desde el que domina, a escasa distancia, la población y el valle. Es el único castillo existente en toda la Val d´Onsella.
El Castillo de Nonaspe, lo Castell, está situado en una terraza rocosa que forma un despeñadero sobre la confluencia de los ríos Matarraña y Algas. El castillo musulman ocupaba el extremo occidental del edificio actual, se trataba de un torreón de defensa almenado, construído por algún destacamento militar musulmán para controlar esta zona.
El antiguo castillo de Novallas se levanta sobre un pequeño promontorio en la parte central del pueblo, desde donde se puede contemplar una bella panorámica de la vega del rio Queiles y el Moncayo. El castillo, levantado entre los siglos XIII y XIV, perteneció a la Orden del Temple.
El castillo de Ricla se sitúa encaramado sobre una peña rocosa cerca del río. De su época musulmana conserva restos de un muro de sillarejo y dos espacios subterráneos excavados en la roca. Del recinto fortificado del antiguo castillo quedan algunos lienzos de muro de piedra formando parte de un torreón angular derruido.
El Castillo de Sádaba, construido en piedra sillar en el siglo XIII con decoraciones claramente cistercienses, se alza sobre un pequeño cerro, a cuyos pies se localizaba la antigua villa, cercano a la frontera de la provincia de Navarra, hasta que en el siglo XV la población se trasladó al otro lado del río Arba.
El castillo de Sos del Rey Católico es un excelente ejemplo de fortaleza que protege una población medieval y, en concreto, paradigma del binomio castillo-templo románico tan frecuente en Aragón y Cataluña. Su estado actual es de ruina consolidada.
Los restos del antiguo castillo musulmán se asientan sobre la cumbre de un pequeño cerro próximo a Terrer, por el levante. El castillo fue levantado en el siglo IX, y fue uno de los bastiones de Muza II Banu-Qasi en la Marca Superior hasta su conquista por el Cid Campeador, según consta en el Cantar del Mío Cid.
El castillo de Uncastillo esta situado en lo alto de la Peña de Ayllón, con el caserio agrupado a sus pies. Ocupa una superficie de más de 6000 metros cuadrados, guarnecida por un recinto murado. En la zona más alta de la peña otro recinto protege los edificios más emblemáticos, la Torre del Homenaje y el Palacio.
El castillo de Vera de Moncayo fue construido en el siglo XIV en la parte más alta de su casco urbano. Del antiguo castillo solo quedan dos lienzos de mampostería de sus murallas y un torreón rectangular con almenas góticas.
Los restos del castillo de Villarreal de Huerva se encuentran en el extremo de la población, junto al muro norte de la iglesia. El recinto fortificado era un recinto-refugio de los barrios que se levantaron como consecuencia de la invasión castellana del siglo XIV. Del primitivo recinto fortificado se conservan únicamente vestigios de la antigua muralla construida de mampostería y una torre de defensa.
El castillo al-Marya de María de Huerva, significa la Atalaya, es de origen árabe y se alzaba al otro lado del río, sobre un cerro ubicado a las afueras del pueblo, en un acantilado que domina el valle del Huerva. La fortaleza albergó a las tropas de Abderramán III en el año 935 y sirvió en la defensa de Zaragoza contra Alfonso I el batallador en 1118.
El torreón medieval del Castillo de la Casaza se alza sobre una prominencia rocosa situada junto a la margen izquierda del Huerva, en el término municipal de Tosos, en el antiguo poblado de Alcañiz de la Huerva. Es de mampostería con planta poligonal con siete lados de anchuras desiguales.
El castillo de la Palma de Sástago, de origen musulmán, está situado en el altozano conocido como el cerro de la Rosa, que domina el curso del Ebro. Está situado en una posición estratégica y sigue la tipología de las grandes fortalezas islámicas.
El castillo de la Zuda está situado en uno de los últimos espolones de las estribaciones de la Muela de Borja. Constaba de una parte elevada sobre los restos naturales del relieve rocoso, revestido de sillares desde época romana y por otra parte de un cinturón de murallas.
El Castillo de los Ariño y Almazán de Maella perteneció a la Orden de Calatrava. Se localiza sobre una meseta que domina en altura a la población, y fue construído en los siglos XV y XVI, de estilo gótico tardío, está formado por dos amplios recintos de murallas con cubos en lo alto.
El castillo de los marqueses de Camarasa de Muel pertenece al siglo XIV. Unicamente se conservan dos torreones con troneras y algunos muros rebajados, que sirven como mirador a las bellas cascadas del Huerva. Se sabe que constaba de dos partes, la antigua, correspondiente al castillo en sí, y la nueva, formada por el palacio.
El Castillo de Martín González de Pozuel de Ariza, también conocido como Torre de Martín González o Castillo de la Raya, está situado sobre un cerro, en el límite entre Castilla y Aragón.
El castillo de Miranda se encuentra situado al oeste del barrio rural de Juslibol, en el Cabezo de Miranda, al borde de un escarpe que domina los galachos del Ebro. Su construcción data de los siglos XI-XII.
La Torre de Obano en Luna se levanta en el despoblado de Obano junto al río Arba, fue mandada construir por el rey Sancho Ramírez en el siglo XI, para consolidar el avance de las tropas cristianas por el valle y preparar la reconquista de Luna y Ejea.
El castillo de Qadrit en Cadrete es una fortaleza de espíritu musulmán. Se encuentra en un cabezo inexpugnable rodeado por sus tres cuartas partes de acantilados de 70 metros de altura, aunque relativamente accesible por el lado sur. No se conoce la fecha de su construcción, pero en el año 935 fue ampliado por orden del califa Abd al-Rahman III.
El Castillo de Sibirana de Uncastillo es una fortaleza del siglo XI construída sobre un escarpado rocoso, junto a la ermita de Santa Quiteria en el despoblado de Sibirana. El castillo lo forman dos torres gemelas de planta rectangular unidas por un muro.
Los vestigios del antiguo castillo de Turbena en Bardallur se encuentran muy cerca del antiguo poblado medieval del que no queda más que la ermita de San Bartolomé.
El Castillo de Villafeliz en Villafeliche se edificó en un espolón, encima del caserío. Los restos que han llegado a nuestros días, lienzos de muro de adobe que cierran el recinto, la torre mayor y varios torreones cuadrados de tapial, datan de los siglos XIII o XIV.
El Castillo de Villaverde en Luna se levantó en el año 1092 sobre una gran masa rocosa por orden del rey Sancho Ramirez, aunque el conjunto actual es de principios del siglo XIV. Desde lo alto de la torre se podía comunicar con castillos cercanos, como el de Biel, Yecla y Obano, por medio de señales.
El Castillo de Yequera en Luna se levantó, al oeste de Luna y muy próximo al núcleo de Lacorvilla, en el año 1092 por orden del rey Sancho Ramirez, como parte de una línea defensiva cristiana. No queda nada de la torre construida en el siglo XI. Las ruinas que hoy se pueden contemplar son las del palacio edificado a finales del siglo XIV.
Las ruinas del Castillo del Alcañicejo se hallan a unos 10 Km de la localidad de Tosos, sobre la cima de un cerro que domina el valle del Huerva, junto al embalse de las Torcas, en un paraje conocido como El Santo, antiguo poblado de Alcañiz de la Huerva, y que estuvo habitado desde los siglos II – I a. de C. hasta el siglo XIV.
El Castillo del Bailío de Caspe, o castillo del Compromiso, fue construido en 1394, por los caballeros de la Orden de San Juan, quienes construyeron un conjunto defensivo en la parte más alta de la ciudad, formado por la colegiata de Santa María, el convento hospitalario y el castillo, que fue su residencia.
El castillo del Castellar está enclavado sobre un cortado en lo alto de los montes del Castellar, en la margen izquierda del río Ebro. El castillo del Castellar se levantó en el año 1080 tras la primera ocupación del rey Sancho Ramírez de la ribera del Ebro, como fortificación militar para defenderse de las incursiones árabes.
La torre de los Urrea de Sestrica destaca en altura y volumetría del resto del caserío, siendo la única pervivencia del antiguo castillo del siglo XIV.
El Castillo Palacio de Cetina fue construido en el siglo XIII por Aarón Abinofea bajo encargo de Pedro III, y posteriormente reformado en el año 1429 y convertido en palacio para los Liñán, cuya propiedad ostentaron durante los siglos XIV y XV.
El Castillo de Novillas fue levantado en el siglo XI. Tras la reconquista perteneció a los templarios, pasando posteriormente a manos de los hospitalarios. En el siglo XVI pasó a ser el palacio de los comendadores de la orden de San Juan.
El Castillo Palacio de Pinseque se encuentra situado en el centro del pueblo, y a falta de desnivel natural domina por su grandiosa fachada flanqueada por dos torres rectangulares, muy destacadas en planta y alzado, acentuándose el matiz defensivo por su base en talud, siendo muy probable que se independizara el caserío mediante un foso.
El Castillo Palacio de los Comendadores de Añón de Moncayo es un gran edificio de planta rectangular, distribuido en torno a un patio con cinco torreones cuadrangulares, uno en cada esquina y otro en la fachada principal.
El Castillo Palacio del Papa Luna de Illueca ocupa la cota más alta de la villa, asentado sobre un espolón rocoso. Allí transcurrió la niñez del Papa Luna, y allí volvieron sus restos, una vez hubo muerto. El ala izquierda del castillo alberga los servicios de la comarca y la derecha un Parador integrado en la Red de Aragón de Hospederías.
El castillo de Encinacorba del que sólo quedan algunos vestigios y data del siglo XIV, del hermoso conjunto de castillo-iglesia, nicamente queda la hermosa iglesia mudéjar del siglo XVI, cuyo campanario de ladrillo se levantó sobre el torreón del que arranca la muralla norte del castillo, donde todavía quedan en pie dos torreones.
La Torre de la Lisalta formó parte de un conjunto de régimen eclesiástico, por lo que estaba formado por dos partes, el refugio al Norte, y la Iglesia al Sur. De este conjunto solamente queda la Lisalta, que era la torre de la antigua Iglesia, de estilo gótico mudéjar por su decoración.
El Conjunto de Castillos Medievales de Villarroya de la Sierra se levanta sobre los cerros del primitivo casco urbano, dominando el caserío. Se trata de dos torreones defensivos conocidos como los castillos del Rey y de la Reina.
El Fuerte de Salamanca se alza sobre la loma de Monteagudo de Caspe, construido en 1873 como consecuencia de la segunda guerra Carlista y transformado hoy en centro de cultura, es el más moderno de los castillos de Aragón. Ofrece interés por su aspecto medievalizante, muy peculiar del XIX, con torre y bastiones redondeados.
La Muralla de Añón de Moncayo fue construida en el siglo XII, rodeando toda la ciudad, en mampostería y estaba jalonada por torreones rectangulares, también en mampostería, coronados por merlones prismáticos.
Daroca es una ciudad asentada en un barranco, cuyo centro es la calle Mayor. En los dos extremos de la calle mayor se encuentran dos puertas que daban acceso a la ciudad, la Baja o Fondonera y la Alta, de las que arranca el largo cinturón amurallado que la rodea, de unos tres kilómetros y medio, y recorre los cerros que la acogen.
Las murallas altas de Tarazona son las más importantes del antiguo recinto amurallado de la ciudad y las mejor conservadas. Robustas, bastante elevadas y de una solidez a prueba de siglos, forman una línea casi recta, seccionada verticalmente a trechos para dar acceso a las calles Mayor, Cuarteles y San Atilano.
De las cuatro puertas de acceso que tenía el recinto amurallado de Almonacid, se conservan tres, habiéndose perdido la cuarta, la puerta de la Virgen conde estaba situada la maquesina con la imagen de la Virgen de los Remedios. Los otros tres arcos están en perfecto estado de conservación debido a la reciente rehabilitación.
La Torre Albarrana de Maluenda se asienta sobre un pequeño montículo de piedra cantera. Está construida en tapial, tiene planta rectangular de 5.5 por 7.80 metros y tiene cinco pisos que se comunican mediante escaleras independientes.
El Castillo de Nuévalos fue construido sobre una peña en el siglo XIV, en mampostería y tapial, y perteneció a la Orden del Santo Sepulcro. Del antiguo castillo sólo se conserva un torreón de alzado troncopiramidal y base rectangular de 12 metros x 6 metros.
La Torre Medieval de Biota, único resto que queda del castillo, se levanta en la parte alta del pueblo dominando su caserío, junto al palacio del Conde de Aranda y Vizconde de Biota. La torre es de planta rectangular, 8.5 x 7.5 metros, y tiene 20 metros de altura.
El Torreón de las Monjas de Cariñena, es de planta rectangular con un torreoncillo en cada esquina, acaba en remate superior octogonal que alcanza los 15,5 metros de altura. El aparejo es de piedra unida con argamasa y remate de ladrillo en las esquinas. El interior consta de dos plantas y un pasillo central para comunicar con las murallas.