Patrimonio Natural en la Ciudad de Zaragoza: Naturaleza
La ciudad de Zaragoza, ha visto cómo sus zonas verdes urbanas, se multiplicaban en todos sus distritos, en los últimos años, superando las cuatrocientas ochenta hectáreas, la superficie actual de los parques y jardines de la ciudad.
De los grandes parques de la ciudad, el Parque Grande J.A. Labordeta, es el más antiguo y popular, con casi un siglo de existencia, sus 27 Ha ofrecen una compleja mezcla de naturaleza, cultura y memoria ciudadana, que hacen de este sitio uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, muy apreciado por sus habitantes.
En el meandro de Ranillas, se extiende el Parque del Agua Luis Buñuel, con una extensión aproximada de 120 hectáreas, es un nuevo concepto de parque urbano, que combina amplias zonas verdes, servicios y actividades para todos los ciudadanos.
Entre otros grandes parques urbanos, cabe citar además, el parque Tío Jorge (en la Margen Izquierda), Parque del Oeste (Oliver), Cabezo Buena Vista (casi una prolongación del Parque Grande), el menos conocido de Montecanal (incluye un lago con pasarela), el Parque de Delicias, o el de Miraflores. Completan la lista de zonas verdes, los pequeños parques urbanos y las plazas arboladas o ajardinadas que jalonan la ciudad.
No podemos dejar de mencionar las zonas verdes y espacios naturales periurbanos, de gran valor ambiental.
En la margen izquierda, y a unos cinco kilómetros de Zaragoza, entre los barrios rurales de Alfocea, Juslibol, y Monzalbarba, se encuentra el Galacho de Juslibol, galacho o meandro abandonado, que quedó aislado tras la gran inundación del Ebro en 1961, donde crece una densa vegetación de soto de ribera.
En la margen derecha, y una vez pasado el barrio de Las Fuentes, se encuentra el Soto de Cantalobos, uno de los escasos sotos (o bosques de ribera) que se conservan en las orillas del Ebro, resto de la vegetación original del río en este tramo de su curso, cuenta con especies típicamente ribereñas.
Completaría la lista de espacios naturales periurbanos, los Montes de Torrero en el sur de la ciudad, Vedado de Peñaflor y Pinares de Campillo-San Cristóbal, las riberas del Gállego y distintos sotos en ambas márgenes del Ebro, como la Arboleda de Macanaz, en la margen izquierda, entre los puentes de Santiago y La Almozara, que fue un importante soto ribereño, del que sólo queda la línea de árboles junto al río.
Con la renovación de las riberas del Ebro, la relación entre el río y la ciudad se redefinió, sus nuevas aceras, avenidas verdes, carriles bici, terrazas, áreas recreativas y diversos equipamientos, contribuyen a que el río se convierta en el auténtico eje vertebrador de la ciudad, ofreciendo nuevas áreas en las que pasear, hacer deporte, jugar, o tomar una copa, a las que se suman los tramos renovados de las riberas de los ríos Gállego y Huerva, que vierten sus aguas en éste, a su paso por Zaragoza, y del Canal Imperial de Aragón.
Fuente: Zaragoza Turismo.