Patrimonio Modernista en la Ciudad de Zaragoza, Patrimonio Histórico
Patrimonio Modernista en la Ciudad de Zaragoza
La Casa Juncosa de Zaragoza, obra de elevado coste económico proyectada por José de Yarza Echenique, manifiesta el modernismo en su fachada de exuberante decoración floral, ejecutada en piedra labrada y en hierro forjado que se superpone a la composición clásica de su fachada. El interior mantiene el repertorio decorativo original, sobre todo en la planta principal.
La Casa Molins de Zaragoza, obra de Fernando Yarza, es uno de los ejemplos de la estética modernista. La fachada a dos calles se resuelve con el característico chaflán, decorado con formas sinuosas y rítmicas inspiradas en la naturaleza. Presenta planta baja, tres pisos con miradores y ático, sobre el que se dispone un alero muy volado.
La Casa Retuerta de Zaragoza, edificio modernista, fue levantado en el Paseo de Sagasta, una de las zonas mejor planificadas dentro del ensanche de la ciudad. La situación en el ángulo de dos calles permitió al arquitecto concentrar su atención en el chaflán, resuelto de forma rotunda. La fachada destaca por su diseño lineal de gran atractivo y la ligereza de las tribunas acristaladas.
La fachada del Casino Mercantil de Zaragoza, obra de Francisco Albiñana, es una de las más representativas del modernismo tardío zaragozano y presenta una abigarrada decoración con motivos naturalistas. En el interior destaca el programa decorativo del Salón Rojo y del restaurante, así como el vestíbulo y la escalera principal.
El Edificio de la Calle Manifestación de Zaragoza, fue diseñado por el arquitecto Julio Bravo. La composición de sus tres fachadas mantiene características comunes al modernismo zaragozano. Los muros son de ladrillo mientras que la piedra se reserva para la parte baja y como elemento ornamental en los vanos. Destaca la decoración vegetal y floral en forja y piedra.
El Edificio de la Calle Prudencio de Zaragoza es el primero construido por el arquitecto zaragozano José de Yarza Echenique. El empleo del ladrillo como elemento básico constructivo no resta ligereza a la fachada que presenta un gran refinamiento gracias a sus motivos decorativos y al uso de la forja y el cristal.
El Mercado Central de Zaragoza se levanta en el mismo lugar que ocupaba el mercado de la ciudad desde el siglo XIII. En su construcción se utilizaron, además del ladrillo y la piedra, otros materiales innovadores como el hierro y el cristal, dando como resultado un edificio donde se funden tradición y modernidad. Actualmente mantiene su función como mercado.