Carnavales en Zaragoza, Fiestas Tradicionales en la Provincia de Zaragoza
Carnavales en Zaragoza
En Zaragoza ha existido una tradición muy arraigada de celebración del Carnaval. Este fue prohibido durante los años de la dictadura y fue recuperado en 1980, cuando el Ayuntamiento de Zaragoza decidió que las calles volviesen a llenarse con la alegría festiva de la victoria efímera de Don Carnal sobre Doña Cuaresma.
El Carnaval comienza con el Jueves Lardero, que en tiempos se celebraba con comidas campestres, en las que no faltaba la carne, ya que llegaba el tiempo de Cuaresma durante el cual su consumo estaba vetado. Novilladas y bailes de máscaras completaban el panorama festivo de esta jornada. Por su parte el Sábado de Carnaval es el día del desfile, donde la sátira y la ironía hacen de las calles de la ciudad su escenario festivo.
En Zaragoza el Carnaval se celebra en unas fechas alrededor del domingo anterior al Miércoles de Ceniza; esta fiesta cuenta con una serie de personajes tradicionales que se han recuperado después de caer en el olvido. Los estudiantes elegían al Rey de Gallos, alguien que fuese chistoso o les hiciese reir; el Conde Salchichón es un noble que, con su generosidad sufraga los gastos de la fiestas. Otros personajes populares son el Carnestolendas o la Mojiganga.
El Rey de Gallos
El orígen de esta figura se remonta a los inicios de la Universidad de Zaragoza, cuando los alumnos del Estudio General de Pedro Cerbuna elegían a alguien chistoso o que hiciera reír. A este elegido se le investía con la dignidad del llamado Rey de Gallos, un personaje al que se le da rienda suelta en Carnaval tras pasar todo el año en cautiverio.
La elección de la figura del gallo era un costumbre muy extendida, este animal ha estado presente en los carnavales por tratarse, según algunos autores, de un animal lascivo. Su muerte, en algunos lugares se entierra un gallo vivo y los muchachos tratan de cortarle el cuello, se interpreta como un símbolo de superación de las pasiones humanas. Por otro lado en muchas ciudades se celebran, en fechas cercanas al Miércoles de Ceniza, corridas de gallos o peleas durante las que se eligen al “rey del carnaval”.
La Mojiganga
Una de las formas de diversión pública más importantes dentro de las fiestas de carnaval, y hasta muy entrado el siglo XIX, ha sido la mojiganga. En las fiestas celebradas con motivo de la venida de Carlos IV a Zaragoza en 1803 se la define como comparsa por estilo ridículo, de varias parejas a caballo, y de las diversiones más antiguas en este Reino. La antigüedad le viene determinada porque era una de las tradiciones que se acostumbraba a realizar en las coronaciones de los Reyes, cuando se realizaba esta ceremonia con gran pompa, magnificencia y solemnidad en Zaragoza.
Carnestolendas
El personaje Carnestolendas fue, hasta la recuperación del Carnaval en 1981, un gran desconocido para los zaragozanos dado qeu durante casi cincuenta años esta fiesta había estado prohibida. La misión principal de este hombre de curioso atuendo es la de animar a todos los ciudadanos a disfrutar de los placeres y la dviersión en los días que dure la fiesta. En su recorrido por las calles de Zaragoza le acompaña una comitiva de plañideras y lloronas a las que siguen unos pajes y un grupo de mascarutas.
El Conde Salchichón
Este personaje tradicional es el anfitrión del carnaval infantil,debido a una penosa represión ocurrida allá por los años cuarenta, el Conde de Salchichón y sus congéneres fueron expulsados del corazón de los zaragozanos.
Unos cuantos años más tarde, en 1984 para ser exactos, el Conde de Salchichón, adlátere de su majestad carnavalesca Don Carnal, volvió a nuestra ciudad de la mano de la PAI, y ante la buena acogida que tuvo entre los chavales zaragozanos decidió quedarse entre sus roperos e instaurarse como el rey del carnaval infantil, ya que al fin y al cabo, ¡en Carnaval todo vale!.
Historia
La epoca de Carnaval, que tiene su significado dentro de lo que representaba la Cuaresma como represión de cualquier ansia festiva, venía caracterizada por ser un tiempo de inversión social. La caricatura, la crítica mordaz, se daban cita en las cabalgatas carnavalescas, los disfraces y en todos los actos que se organizaban
Era una costumbre común el arrojar huevos perforados a los que se introducía agua perfumada; en algunos casos no era agua olorosa, sino huevos descompuestos. Muy extendida y arraigada era la costumbre que tenían las mascarutas, fueran bien vestidas a la moda italiana o con la cara tiznada, de arrojar harina, salvado y en su defecto ceniza. Muchas gentes de Aragón que conocieron los carnavales antes de su prohibición en 1937 se acordarán de esta costumbre.
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