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Semana Santa en Borja

Semana Santa en Borja

Imagen obtenida de CESBOR bajo licencia de © Todos los derechos reservados

La Semana Santa de Borja cobra un especial significado merced a una serie de desfiles procesionales y representaciones de gran antigüedad. Las cofradías borjanas fueron constituidas, a partir del siglo XVII, como asociaciones gremiales bajo una determinada advocación. Su participación arranca desde el instante en el que fue fundado el Entierro de Cristo aunque algunas de ellas tomaban parte en los desfiles que, tradicionalmente, tenían lugar en esas fechas.

Las túnicas o hábitos con las que desfilaban todas las cofradías eran de color negro con terceroles del mismo color, tradición que se respetó hasta la creación de la cofradía de San Juan, en los años 1940, que introdujo los primeros hábitos de color que, posteriormente, se han ido generalizando en las restantes cofrafías.

Las cofradías borjanas que toman parte en los desfiles son la de Cristo Nuestro Señor en el Huerto, de las Almas del Purgatorio y San Isidro, la de San Sebastián, la de San José, la de San Antón, la de las Nieves, la de Santa Lucía, la de San Bartolomé, la del Carmeny la de San Juan Evangelista.

Los asistentes a la procesión portan las tradicionales ramas de olivo, y las cofradías participan en la procesión con sus bandas de cornetas, y hacen desfilar una borriquilla montada por una persona caracterizada como Jesús en el momento de su entrada triunfal en Jerusalén.

Es la más antigua de las procesiones conservadas de la Semana Santa, documentada en 1658, hace referencia a la participación en la misma de la cofradía de San Antón y de la asistencia del concejo, con trajes enlutados y portando hachas.

En la procesión participan cinco pasos representando los misterios dolorosos del Rosario, rezado durante el recorrido por las parroquias. Antiguamente, en cada una de las estaciones, entraban en el interior del templo el clero y las autoridades, junto con los pasos de Jesús con la Cruz a Cuestas y el de Cristo Crucificado. Actualmente, ni participan las autoridades en la procesión ni entran los pasos en los templos. En el desfile participan la Banda de Cometas y Tambores de dos cofradías.

La ceremonia del velatorio en la colegiata de Santa María comenzó a llevarse a cabo a partir de 1870, ya que anteriormente no se celebraba nada más que la ceremonia del Descendimiento.

En la tarde del Jueves Santo, tras los Oficios, se instala el arca con la imagen yacente de Cristo en la capilla de San José del claustro de la colegiata de Santa María. A ambos lados de la misma se disponen las imágenes de la Virgen de la Soledad y de San Juan. Velando el arca, dos hermanos de la cofradía de las Almas con sus túnicas tradicionales. Los fieles van desfilando para adorar la imagen de Cristo hasta el inicio de los Oficios del Viernes Santo.

La imagen, de comienzos del siglo XVIII, y buena factura, tiene los brazos articulados para permitir realizar la ceremonia del descendimiento de la cruz, conserva ésta en el mismo claustro, dispone de unos soportes de metal para suspender la imagen.

El Pregón es una hermosa ceremonia que recorre las principales calles de Borja y tiene como objeto invitar a los fieles al Entierro de Cristo que tendrá lugar más tarde. El pregón es solemne y, antiguamente, en el transcurso del mismo se pedía limosna para sufragar los gastos del Entierro, de acuerdo con la autorización concedida por el corregidor de la ciudad.

La comitiva del Pregón la abren los heraldos, quienes también encabezarán el Entierro de Cristo, como símbolo de respeto. Asisten los hermanos de la cofradía de las Almas con sus hábitos, acompañados por el Prior y un joven encargado del canto del pregón, un corneta y un tambor. Participa también una representación de las Bandas de Cornetas y tambores de las cofradías.

El pregón recorre las principales calles de Borja, deteniéndose en la plaza de Nuestra Señora de la Peana, plaza del Mercado, plaza de San Bartolomé, plaza de las Canales, plaza de San Francisco, plaza del Olmo, Cuatro Esquinas y plaza de España.

El Entierro de Cristo, tiene lugar en la tarde del Viernes Santo, es un cortejo fúnebre en el que la imagen del Señor que, inicialmente, era bajada de la Cruz en el interior de la colegiata de Santa María, es conducida hasta el lugar de su sepultura, escoltada por los alabarderos. Su madre María preside el duelo, en el que figuran además los personajes más allegados como San Juan, la Verónica y María Magdalena. A este cortejo básico se le han fueron añadiendo otra serie de elementos simbólicos, configurados de acuerdo a la mentalidad barroca, propia de la época en la que fue creado.

La procesión inicia su recorrido desde el pórtico de la colegiata de Santa María en donde se encuentran formados los alabarderos que rinden honores al Paso de la Muerte y se incorporan a la comitiva, dando escolta al Arca.

El Entierro de Cristo constituye el elemento fundamental de la Semana Santa borjana.

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