Sección principal (dos columnas)

Cabezo de Monleón en Caspe

Cabezo de Monleón en Caspe

Imagen obtenida de Encicolpedia Aragonesa bajo licencia de © Todos los derechos reservados

El Cabezo de Monleón es un poblado hallstáttico, en el término de Caspe, sobre el río Guadalope, en las Vueltas del Rey y El Vado, a 6 km. de la población, que ocupa la cima amesetada de un cerro de 201 metros de cota, con eje mayor de 90 m. y menores de 26, 31 y 38 m.

El tipo urbano es el de calle central y los hallazgos encontrados, actualmente en el Museo de Zaragoza, han sido cerámicas a mano, de barros toscos o finos, alisados o espatulados, lisos, con incisiones o acanalados y numerosos ejemplos de vasijas excisas con temas triangulares muy uniformes y otros con relieves y cordones.

Además se han encontrado numerosos moldes de fundidor de bronce en arenisca, para hacha plana con muñones, puntas de flecha y de lanza, varillas, brazaletes, anillas y empuñaduras; de metal sólo un botón semiesférico y un anillo liso de bronce y una perlita de collar en el mismo metal. Molinos de vaivén, pesas de telar semilunares, sílex toscamente trabajados en una pequeña cavidad, dentro de una casa, hecha con dos losas, etc.

Las casas identificadas han sido 52 y configuran una planta de calle central, netamente separadas por medianerías comunes. La parte interior cierra totalmente el espacio o calle central, donde se dispuso una balsa para recogida de las aguas pluviales y todas las puertas se abrían a la mencionada calle. Dos espacios abiertos hacia el exterior y un tanto confusos podrían ser los accesos del poblado, difícilmente accesible por tres de los lados y bordeado por el río y un antiguo barranco.

Las viviendas son de planta rectangular alargada de unos diez metros de longitud por sólo tres o cuatro de ancho, tuvieron hogar central o levemente desplazado del centro, a veces con braseros portátiles de barro cocido o postes para poder colgar las vasijas sobre el fuego, bancos de piedra a lo largo de dos de las tres paredes, construidas con mampuestos irregulares de piedra, recrecidas de tapial y adobe y revestidas de estuco de barro. La mayor parte de las casas tenían al fondo una despensa o almacén, en un caso con evidencia de la piedra de umbral y del quicio de una puerta de madera, con lo que eran dos las piezas de cada vivienda, sin señales de planta superior.

Las puertas abiertas a la calle central tenían una anchura entre 1,20 y 1,60 metros. La parte posterior de las casas, sobre el corte del cerro, presentaba un muro continuo con lo que se obtenía una defensa que obviaba la presencia de muralla, puesto que se elevaba al borde de las zonas menos accesibles del poblado.

La población total puede calcularse en unos 300 habitantes y la vida de estos pastores, metalúrgicos y agricultores de cereales pudo extenderse entre el 800 a.C. y la iberización, siendo abandonado el poblado antes de esta fase, como demuestra el hallazgo sólo de materiales inservibles o de difícil traslado, como las vasijas; todos los moldes estaban inutilizados y faltan en los hallazgos pequeños objetos de la vida diaria.

Se ha hallado una necrópolis con sólo tres túmulos de incineración, el central sin urna, y todos de planta circular, con bordes de ortostatos alternando los verticales y los horizontales.

El poblado debe relacionarse con los próximos de Zaforas y Loma de los Brunos, en el mismo término de Caspe, y con la fase antigua del poblamiento del valle medio del Río Ebro en época hallstáttica y con los complejos de cerámicas excisas y acanaladas del nordeste de la Península y debió de servir de base para expansiones hacia el centro y levante.

Principales referencias consultadas: 
Páginas del Ayuntamiento y de la Comarca, 
Zaragoza Turismo (DPZ), 
Red Aragón, 
Gran Enciclopedia Aragonesa y 
Wikipedia.

Datos de Contacto

Galería de Imágenes