Sección principal (dos columnas)

La Catedral del Salvador o Catedral de La Seo de Zaragoza se levanta en el solar que ocuparon el antiguo Foro Romano, la iglesia visigoda y la mezquita mayor de Saraqusta.

Las obras se iniciaron a finales del siglo XII siguiendo las pautas artísticas del románico tardío, integrado en la mezquita musulmana, de la que todavía perdura la huella de su minarete en la torre actual. Del templo románico únicamente se conserva la zona inferior de los ábsides.

En el siglo XIV se realiza la ampliación del templo empleando el ladrillo y el yeso, materiales utilizados por los artesanos mudéjares, y cuyo resultado fue un templo gótico espacioso y bien iluminado. Testimonio de esta época son los dos ábsides superiores de la cabecera y el muro de la Parroquieta que se encuentra en el lado del evangelio. Este muro, obra cumbre del mudéjar zaragozano, cierra la capilla de San Miguel, construida por encargo del arzobispo Lope Fernández de Luna como capilla funeraria, que guarda en su interior el sepulcro en alabastro del prelado y una techumbre de madera dorada.

En el siglo XV se elevaron los ábsides románicos, se construye un nuevo cimborrio y se realiza el retablo mayor tallado en alabastro y policromado, claro exponente de la escultura gótica europea, dedicado al Salvador.

En el siglo XVI se construye el cimborrio mudéjar en forma de estrella de ocho puntas, se añaden dos tramos a los pies con sus capillas laterales y se realiza la capilla de Gabriel de Zaporta con retablo en alabastro.

En el siglo XVII se derribó la torre mudéjar y se inició la construcción de la torre campanario barroca de noventa metros de altura.

En el siglo XVIII se construye la fachada de estilo barroco clasicista, realizada por el arquitecto Julián Yarza, que sustituyó al portal mudéjar del siglo XIV, que se encuentra detrás de la portada actual.

En la segunda mitad del siglo XX se realizó una restauración integral del edificio que duró unos 23 años

Es un edificio construido mayoritariamente en ladrillo, de cinco naves y seis tramos cubiertos por bóvedas de crucería de la misma altura, con dos ábsides en la cabecera y capillas laterales entre los contrafuertes. El crucero se cubre con un cimborrio de hechura mudéjar.

Fuente: Zaragoza Turismo