Toro de Sogas en Pina de Ebro, Tradiciones Populares en la Provincia de Zaragoza
Toro de Sogas en Pina de Ebro
La leyenda sitúa la tradición del Toro de Sogas de Pina de Ebro en el primer tercio del siglo XII, durante la reconquista.
La noche de San Juan los cristianos iban a sacar la procesión con el santo titular y se vieron imposibilitados de hacerlo por la presencia de los árabes, entonces salió un toro bravo, de extraordinario trapío y una muy desarrollada cornamenta, que arremetió contra los infieles, los cuales huyeron de la población despavoridos.
El suceso se celebró con salvas y gran regocijo, acordando los cofrades de San Juan llevar un toro en la procesión para rendirle tributo, abriendo camino a la peana del santo.
La tradición alcanzó su máximo esplendor en la época de Carlos III, de donde le vienen la sección de escopeteros ataviados con uniformes del siglo XVIII, siendo los encargados de disparar las salvas como lo hicieran en el siglo XII para festejar la huida de los infieles.
Los vecinos de la localidad cuelgan los pairos, muñecos rellenos de paja que lucen ropajes estrafalarios, de calle a calle o de balcón a balcón, en espera del toro.
El toro sigue la procesión por el itinerario acostumbrado, atado con sogas de las que se encargan de tirar varios mozos, controlando y dominando las sucesivas embestidas.
El toro de sogas dejó de acompañar a San Juan en la procesión, por una prohibición, durante varios años. Recuperada esta singular tradición en la década de 1980-90, vuelve a celebrarse con la solemnidad del pasado.
Cada año el día de la víspera de San Juan, al atardecer, todo el pueblo vibra de emoción en espera de que se inicie la procesión, con el grupo de jota y los danzantes, y la cofradía de San Juan velando por una celebración que es suya y quiere seguir manteniendo contra el viento y marea de los siglos.
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Toro de SogasImagen obtenida de Página de I. Gonzalvo bajo licencia de © Todos los derechos reservados
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