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Monasterio de Santa Susana en Maella

Monasterio de Santa Susana en Maella

Imagen obtenida de José Antonio Cabetas Aliaga bajo licencia de Creative Commons

El Monasterio de Santa Susana está situado a pocos kilómetros de Maella, en el paraje de la Trapa, en la carretera hacia Fabara. Inició su andadura en el siglo VI levantado por monjes de San Benito. Santa Susana está ahí enterrada, quien según cuenta la tradición fue tirada al río con una rueda de molino atada al pie y fue así hasta llegar al río Ebro.

La Orden de Calatrava ayudó a su reconstrucción y Jaime I el Conquistador lo cedió a los monjes de la Orden del Cister procedentes de la Granja de Escarpes, de cuyo abad dependían.

Al comprar Don Miguel Pérez de Almazán la villa de Maella en el siglo XVI, quiso hacer un poblado junto a la Ermita y el Monasterio de Santa Susana, poblado al que llamó Villanueva de Almazan.

Carlos IV cedió el priorato a los monjes trapenses de Francia, llegando en 1796 una pequeña comunidad de estos monjes. El viaje hacia la Trapa de Maella fue entre fervor y gozo. Desde la Granja de Escarpes hasta Mequinenza fueron navegando por el Ebro. En Nonaspe les recibieron con juerga como saben los nonaspinos y opíparamente en Fabara, y más todavía, si cabe, les atendieron los de Maella.

Las tropas francesas que operaban en Aragón aumentaron sus desafueros con la cólera de la derrota. Cuando llegaron a Santa Susana, después de incendiar el Castillo de los Ariño y Almazán de Maella, sometieron a los monjes que allí permanecían, los cuales presenciaron horrorizados las escenas de sacrilegio y latrocinio del invasor. Como tantos ilustres monasterios españoles, depositarios de un incalculable tesoro artístico y documental, la humilde abadía trapense sufrió los horrores del saqueo de una soldadesca ávida de botín.

Los generosos donativos de los protectores y amigos de Santa Susana pasaron a las mochilas de los soldados imperiales, que destrozaban a bayonetazos cuantos objetos no podían llevarse. En los claustros ardieron los libros y los documentos, los ornamentos y enseres sin valor. Las huertas y los campos fueron pisoteados por las botazas y arrasados por los caballos. Los religiosos, escarnecidos y afrentados con burlas y blasfemias, acabaron por ser expulsados. Gentes piadosas de los contornos les ofrecieron asilo, que casi todos aceptaron con la intención de no desperdigarse y permanecer cerca de su querido monasterio.

Estuvo a punto de convertirse en monasterio trapense femenino, marchándose los monjes a La Magdalena en termino de Caspe entonces junto al Ebro, hoy convertida en isla dentro del Mar de Aragón, pero también fracasó. Al final residían solamente 9 sacerdotes, 6 coristas y 35 conversos.

Así llegó la exclaustración motivada por la desamortización de Mendizábal. Por Real Orden de 29 de Agosto de 1835 quedó suprimida la Trapa de Santa Susana de Maella. Desde entonces se ha ido arruinando más si cabe.

Principales referencias consultadas: 
Páginas del Ayuntamiento y de la Comarca, 
Zaragoza Turismo (DPZ), 
Red Aragón, 
Gran Enciclopedia Aragonesa y 
Wikipedia.

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