Cordillera Ibérica, Entorno Natural en la Provincia de Zaragoza
Cordillera Ibérica
La cordillera Ibérica es una barrera montañosa que, alineada en dirección noroeste-sureste, separa la depresión del Ebro de las del Tajo y Duero. Sólo una parte de esta cordillera, en su sector central y oriental, está en territorio aragonés.
El conjunto de la cordillera Ibérica zaragozana es una sucesión alternante de alineaciones serranas y depresiones, cuya evolución más reciente está dirigida por los valles del Río Jalón y sus afluentes. De Noroeste a Sureste son, en la rama más septentrional, la Sierra de la Virgen, la Sierra de Algairén, la Sierra de Vicort, la Sierra Modorra y la Sierra del Peco, y en la rama más meridional e interna, los Montes de Ateca, la Sierra de Pardos y la Sierra de Santa Cruz.
En el sector zaragozano de la cordillera, dos ramas montañosas orientadas de Noreste a Sureste se disponen delimitando una depresión interior que, a lo largo de unos 70 kilómetros, se extiende en la línea Calatayud-Daroca-Calamocha.
Estas dos ramas montañosas se identifican con dos grandes bloques elevados y delimitados por fallas, constituidos por materiales en los que predominan cuarcitas y pizarras. La erosión selectiva, a que han sido sometidas durante el terciario superior y cuaternario explican sus caracteres geomorfológicos, en los que destacan las potentes crestas cuarcíticas. El contacto con la depresión del Ebro se realiza, bien en forma directa o brusca, como ocurre en el sector de Cariñena, bien a través de una serie de pliegues y relieves en cuesta mesozoicos, que son en definitiva una unidad transicional entre el zócalo antiguo y el terciario del Ebro.
La rama más septentrional de la la cordillera Ibérica zaragozana se prolonga hacia el noroeste por una serie de cuestas mesozoicas, que en Talamantes pasan a conectar con las estribaciones del Macizo del Moncayo, cumbre máxima de la Ibérica aragonesa, con 2.313 metros de altura, donde se localizan las únicas huellas del glaciarismo cuaternario ibérico.